Probióticos | 26 Patologías tratadas con Probióticos y Guía de uso

¿Qué son los Probióticos?

Los probióticos son microorganismos que suponen un beneficio para la salud cuando son consumidos. Por ejemplo, el yogur y sus Lactobacillus, el suplemento de Saccharomyces Boulardii que suelen recetar cuando hay diarrea por antibióticos, etc.

Debemos entender que no todas las bacterias son patógenas. Nuestro intestino esta repleto de bacterias y éstas hacen una labor importantísima: ayudan a la digestión de ciertos compuestos, protegen contra ciertos patógenos, producen vitaminas y un largo etcétera.

Así, en los probióticos vamos a encontrar los mismos microorganismos o algunos parecidos a los que viven naturalmente en nuestro intestino y, por eso, vamos a poder utilizarlos como apoyo a la regeneración de una microbiota sana.

Es importante tener en cuenta la cepa que vamos a utilizar. Es decir, un tipo concreto de lactobacillus puede ayudar en cierta dolencia pero no quiere decir que todos los lactobacillus sean aconsejables en ese caso concreto.

Para que un microorganismos se considere probiótico, lo más importante que debe cumplir es:

  • Que sea seguro a lo hora de consumirlo.
  • Llegar vivo al intestino.
  • Tener un beneficio probado con evidencia científica.
  • Que contenga suficiente cantidad de cepas viables para aportar ese beneficio probado.

Importante: no confundamos prebióticos y probióticos. Simplificando, los probióticos son los microorganismos y los prebióticos la comida de estos microorganismos (fibra y demás).

Probióticos

La importancia de los microorganismos en nuestro intestino

En el intestino vamos a encontrar una comunidad de microorganismos increíblemente compleja a la que solemos llamar flora intestinal (que más bien podríamos llamar “fauna intestinal”)

Esta flora intestinal incluye multitud de microorganismos como bacterias, hongos, virus y arqueas , además de helmintos y otros “amiguitos”.

La mayoría de la flora intestinal está en el colon o intestino grueso. Por eso, hay ciertos problemas cuando esta flora “invade” el intestino delgado, ya que en esta parte del intestino suele haber un número muy bajo de microorganismos en comparación con los que hay en el colon.

En definitiva, con todas las funciones que desarrolla, podríamos decir que la flora intestinal es otro órgano más de nuestro cuerpo. Por esto mismo debemos cuidarlo igual que cuidamos el resto de órganos y zonas corporales.

Además, no debemos olvidar que el intestino no es el único que presenta una microbiota propia. Podemos encontrar microorganismos en nuestra boca, vagina, tracto urinario, pulmones, piel,… Y todos ellos van a realizar funciones importantes.

Multitud de estudios muestran cómo los probióticos pueden ayudar a nuestra salud:

Como puedes observar, los microorganismos de nuestro cuerpo se encuentran sobre todo en las zonas que están en contacto con el exterior. Digamos que son el recibidor o vestíbulo de nuestro cuerpo antes de entrar a las habitaciones de la casa (nuestro cuerpo).

El principio de los Psicobióticos

Vamos a hacer un pequeño inciso con un tema relacionado. En este caso, para entender aún mejor el impacto de la microbiota podemos hablar de los psicobióticos. Ya es bien sabido que hay una conexión intestino-cerebro. Por ello, poco a poco se van descubriendo ciertas bacterias intestinales que pueden afectar a nuestro cerebro, unas positivamente y otras no tanto.

Estas bacterias son las llamadas psicobióticas, un campo de estudio en gran expansión que busca encontrar la relación con ciertas enfermedades como el Alzheimer, el Autismo o el Parkinson. https://link.springer.com/article/10.1007%2Fs13679-016-0191-1 https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1021949819300158?via%3Dihub https://www.mdpi.com/2072-6643/11/7/1613/htm#B70-nutrients-11-01613

Ésto es simplemente para que puedas apreciar que el cuidado de tu microbiota no es sólo para “ir al baño bien”, sino que tiene infinitas implicaciones en nuestra salud general y no solo en nuestro intestino. Para comprender aún mejor ésto, en el siguiente punto vamos a ver un gran número de casos en los que los probióticos van a ser de ayuda más allá de la luz intestinal.

¿En qué nos pueden ayudar los Probióticos?

Actualmente se están llevando a cabo una enorme cantidad de estudios para saber de qué forma actuan los probióticos exactamente y qué beneficios nos pueden brindar. Todo apunta a un futuro muy prometedor pero todavía queda un largo camino para encontrar las respuestas definitivas sobre cómo ayudan los pribióticos en ciertas dolencias y enfermedades.

Sin embargo, ya se cuenta con una gran cantidad de estudios en los que, aunque sin saber claramente el porqué en algunos de ellos, los probióticos ayudan en multitud de condiciones médicas. Por supuesto, ésto lo que le funciona a una persona puede no funcionarle a otra.

En la siguiente lista puedes encontrar las dolencias en las que los probióticos podrían ayudarte. He intentado hacerla lo más escueta posible porque el número de estudios y casos es demasiado grande. No olvidemos que aún queda un largo camino por recorrer hasta tener una información más exacta pero, por ahora, las pistas que se están obteniendo son muy positivas:

Dejamos de listar más ejemplos por no hacer el post sensiblemente más largo. Mi intención es que puedas apreciar el amplio abanico de oportunidades que te pueden ofrecer los probióticos a la hora de mejorar tu salud. Podríamos enumerar muchas más condiciones en las que los probióticos podrían ser de gran ayuda pero las posibilidades parecen ser casi infinitas. De aquí podemos extrapolar que, si los probióticos pueden ayudar en un abanico tan amplio de condiciones, nuestra microbiota está, por lo tanto, íntimamente conectada con estas condiciones o dolencias también.

Aún así, debemos tener en cuenta que estamos en las etapas iniciales de investigación y queda mucho camino por recorrer, toma los estudios como una guía y no como algo inamovible y final.

¿Por qué los Probióticos pueden ser de gran ayuda?

Como hemos dicho anteriormente, nuestra microbiota está relacionada con multitud de funciones en nuestro organismo. Si nuestra microbiota no está en perfectas condiciones, vamos a encontar niveles de inflamación altos en la gran mayoría de casos. Esta inflamación es una de las principales causas que está relacionada con todos los problemas descritos en el punto anterior.

No todos los microorganismos presentes en los probióticos van a colonizar nuestro intestino, es más, lo normal es que no conolicen a excepción de ciertas cepas. En el caso de los probióticos de suelo, éstos tienen una mayor probabilidad de colonización. Aún sin colonizar el intestino, los probióticos van a realizar su función pues solo con su paso por el tubo digestivo son capaces de realizar cambios positivos en la microbiota y crear un ambiente propicio para la función normal y la reducción de la inflamación.

Comprar Probióticos de calidad es IMPORTANTE

Comprar probióticos de dudosa calidad o de ciertas marcas no reconocidas es una mala decisión. Se han encontrado desde cepas de microorganismos que no aparecen en la etiqueta (algunas patógenas) hasta menores cantidades de microorganismos viables de las que se publicitan. En una persona sana es posible que no ocurra nada por tomar puntualmente un probiótico de mala calidad pero en una persona con ciertos desequilibros o dolencias puede ser problemático.

Qué debes tener en cuenta a la hora de comprar un Probiótico

Que el laboratorio sea conocido no garantiza la calidad pero lo normal es que, en la mayoría de los casos, encuentres buenos probióticos en este tipo de laboratorios en vez de aquellos que no son conocidos. Simplemente por el hecho de que tenemos información sobre su recorrido comercial y la calidad de sus otros productos.

Sea cual sea el probiótico que elijas debes buscar:

  • Que en su etiqueta aparezca que están analizados por un laboratorio independiente.
  • Que aparezca la identificación. Debemos estar seguro de que lo que hay dentro del bote es lo mismo que nos publica la etiqueta.
  • Sin alérgenos.
  • Suficiente cantidad de microorganismos. Cuando veas “UFC” debes saber que son “unidades formadoras de colonias”. Cuanto más alto el número, mejor. A partir de 10.000.000.000 o 109 estamos en buenos niveles de calidad respecto a la cantidad.
  • Cuanta mayor diversidad de cepas, mejor.

Qué Probiótico tomar. Terapia o tratamiento con Probióticos

Es complicado recomendar una cepa concreta pues dependerá de tu dolencia y tu tolerancia. Además, son demasiadas variables a tener en cuenta para poder mandar una cepa o dos con total seguridad. Eso sí, si tu caso está estudiado y tienes claro tu problema puede que sí sea fácil encontrar las cepas que más te van a ayudar.

En general, yo recomiendo buscar la máxima variedad. Se trata de crear un ambiente de calidad en el intestino durante el paso de los probióticos por la luz intestinal, colonicen o no.

Para ello se recomienda tomar probióticos de las tres categorías en las que, por comodidad, normalmente se encuadran.

Estas categorías serían:

  • Categoría 1: Lactobacillus y Bifidobacterium.
  • Categoría 2: Saccharomyces Boulardy
  • Categoría 3: Probióticos de suelo.

Por poner un ejemplo, podrías tomar Vivomixx (categoría 1), Megasporebiotic (categoría 3) y cualquier Saccharomyces Boulardy de calidad recomendado por tu farmacéutico/a.

De esta manera estarías introduciendo una gran variedad de microorganismos beneficiosos en tu organismo.

Por supuesto que lo mejor es saber qué estamos intentando solucionar, pero si no, éste puede ser un buen acercamiento en la búsqueda de la mejoría de tus síntomas. Además, en multitud de estudios los resultados con probióticos de varias cepas son superiores a aquellos en los que se usó una sola cepa.

Un enfoque que podrías elegir para el tratamiento con probióticos podría ser:

  • Tomar las tres categorías antes descritas. Concretamente empezaría con las dos primeras categorías durante un par de semanas y, según veas cómo te sientan, indroduciría la categoría 3 junto a las dos anteriores.
  • Ver cómo varían tus síntomas durante un mes:
    • Si sigues mejorando, sigue tomando los probióticos.
    • Si ya no mejoras más, toma la dosis más baja de probióticos que te permita mantener esa mejoría durante otro mes.
    • Una vez que estes un mes sin notar mejoría con esa dosis mínima, deja de tomarlos. Ya has conseguido todo el beneficio que podías obtener de ellos.

En el caso de que tengas ciertas reticencias a la hora de probar los probióticos por miedo a una reacción o a que te sienten mal puedes probar con las dosis más bajas e introducir cada categoría una por una. Si ves que no tienes problemas, ya puedes seguir con el tratamiento de forma normal.

En el caso de que tengas síntomas negativos como gases, hinchazón, etc. éstos pueden ser normales pues tu microbiota se está adaptando. De todas formas, si notas algo fuera de lo común o cualquier síntoma que no te convenza, deja de tomarlos. Tampoco se trata de hacer las cosas a la fuerza. Mi recomendación es que consultes siempre con un profesional de la salud antes de comenzar con cualquier tratamiento o realizar cualquier cambio en la dieta que pueda afectar a tu salud (positiva o negativamente).

Cuándo y cómo tomar los Probióticos

Se suele decir que por las mañanas en ayunas es el mejor momento para tomar los probióticos debido a que el ácido estomacal es más bajo y va a permitir que más bacterias lleguen al intestino.

Aún así, yo te recomendaría que los tomaras cuando mejor te convengan y cuando mejor notes que te sientan. Prueba y decide, no te preocupes excesivamente por cómo o cuándo lo tomas.

Alimentos Probióticos

Podemos encontrar un gran recurso en los alimentos probióticos como por ejemplo:

  • Yogur.
  • Aceitunas en salmuera
  • Sauerkraut
  • Pepinillos
  • Kéfir

Son alimentos fermentados, no quiere decir que el pepinillo o las aceitunas se consideren alimentos probióticos como tal sino sus productos fermentados. Personalmente no los recomiendo por una razón: la cantidad de micoorganismos que proveen es bastante baja en comparación con un buen suplemento probiótico con el añadido de que pueden producirse contaminaciones a la hora de su elaboración.

Por ejemplo, el Sauerkraut que puedes encontrar en supermecados va a estar pasteurizado, por lo que no tiene peligro pero tampoco probióticos viables. Sin embargo, un kéfir que puedas elaborar en tu propia casa puede contaminarse con alguna cepa patógena. En personas sanas no debería haber mayor problema y creo que es altamente recomendable consumir esto alimentos de manera recurrente o periódica pero no en individuos con problemas de salud derivados de la microbiota.

Efectos secundarios de los Probióticos

Como hemos dicho anteriormente, los primeros días puedes sentir incomodidad digestiva, gases, hinchazón… Pero, a medida que tu microbiota se adapte, éstos síntomas pasarán. Sin embargo, si los síntomas persisten o son más fuertes de lo que deberían, suspende el tratamiento de probióticos.

IMPORTANTE: las personas inmunodeprimidas NO deben tomar probióticos pues pueden causar una peligrosa infección.

Unas últimas palabras

Para finalizar, solo decir que los probióticos, aunque pueden ser de una grandísima ayuda, no son el remedio final para todo, son una herramienta más y como tal hay que tratarlos.